Sobre gustos sí hay mucho escrito: el mito de la subjetividad absoluta

Sobre gustos sí hay mucho escrito: estética, diseño y el mito de la subjetividad absoluta

«Sobre gustos no hay nada escrito» es una de esas frases que se repiten como dogma cuando alguien no quiere entrar en una discusión estética. La usamos para zanjar debates o justificar elecciones personales, como si el gusto fuera un terreno donde todo vale y nadie tiene derecho a opinar. Pero si trabajas en branding, diseño gráfico o comunicación visual, sabes que esa máxima no siempre se sostiene. La realidad es más compleja: sobre gustos hay mucho escrito, y entenderlo puede marcar la diferencia entre una marca relevante y una que pasa desapercibida.

El origen de la frase y su persistencia

La expresión proviene del latín De gustibus non est disputandum, atribuida a juristas romanos como Ulpiano o a pensadores medievales. Con el tiempo, pasó a formar parte del saber popular europeo. Hoy se usa para defender la legitimidad de las preferencias individuales, especialmente en arte, música, moda o diseño.

Pero que algo sea popular no lo convierte en cierto. La historia del pensamiento está llena de teorías que tratan de entender, ordenar y hasta educar el gusto.

El gusto no es puro instinto: se aprende

  • Aristóteles ya distinguía entre lo agradable y lo bello, y asociaba lo bello con proporción, orden y simetría.
  • Kant escribió la Crítica del juicio (1790), diferenciando entre gusto subjetivo y juicio estético argumentado.
  • Bourdieu desmontó la idea del gusto natural en La distinción (1979), mostrando cómo la educación y el entorno social condicionan nuestras preferencias.

En resumen: el gusto se educa, se cultiva, y se convierte en una ventaja competitiva en cualquier disciplina visual.

Diseño: entre lo subjetivo y lo funcional

El diseño gráfico no es solo estética: es comunicación. Debe transmitir, emocionar, guiar o persuadir. Y aunque hay espacio para la subjetividad, existen criterios objetivos que permiten evaluar una pieza:

  • Legibilidad y jerarquía tipográfica: Si no se lee, no funciona.
  • Contraste y balance visual: Las leyes de la Gestalt o la psicología del color influyen directamente en la percepción.
  • Coherencia con la identidad: Un logo no solo debe gustar, debe representar con fidelidad a la marca.

Branding: diseñar con criterio, no con capricho

En el mundo del branding, el gusto personal es solo un ingrediente. Lo esencial es alinear la estética con la estrategia. Una marca no elige un color porque “le gusta”, sino porque activa un imaginario deseado: sostenibilidad, energía, lujo, tradición…

El buen diseño no se trata de imponer gustos, sino de conectar con un público y reforzar una percepción. El gusto, cuando se argumenta, se convierte en una herramienta estratégica.

¿Entonces no hay espacio para la subjetividad?

Claro que sí. El diseño no es una ciencia exacta. Hay espacio para la intuición, la sensibilidad y la personalidad del autor. Pero eso no significa que todo valga o que toda opinión sea incuestionable. La diferencia entre un capricho y una elección con criterio es la argumentación.

Conclusión (y una invitación)

“Sobre gustos no hay nada escrito” es más una excusa que una verdad. Sí hay mucho escrito, y aún más por escribir. Especialmente si te dedicas a crear marcas con intención.

En Nativa creemos que el gusto se cultiva. Y que cuando el diseño se alinea con la estrategia, no solo gusta: impacta, persuade y perdura.

Referencias consultadas:

  • Kant, Immanuel. Crítica del juicio (1790)
  • Bourdieu, Pierre. La distinción (1979)
  • Dondis, Donis A. La sintaxis de la imagen (1973)
  • Heller, Steven. Design Literacy: Understanding Graphic Design (1997)
  • Munari, Bruno. Diseñar es fácil cuando se sabe cómo (1971)